El milagro de la vida

Ayer paseando por mi ciudad observé algo que me dio que pensar.
 
Un calle cualquiera, una caja metálica embutida en la pared a ras del suelo, con su correspondiente puerta y cerradura. Entre el marco de la caja y el borde de la puerta, una finísima raja, y saliendo por esa exigua rendija, un tallo verde con una bonita hoja al final. Eso me hizo pensar en la gran fuerza de la vida, una pequeña semilla en un ambiente hostil, con una mínima humedad y quizá una chispita de luz filtrada a través de la abertura de la puerta, fue suficiente para que esa planta buscara la vida que se le ofrecía fuera de la caja, la semilla supero todos los inconvenientes y salió a la luz, a la vida.
 
Nosotros tenemos esa misma fuerza y ganas de vivir que tuvo la planta, ya al nacer tuvimos la fuerza suficiente para superar la estrechez vaginal; esa fuerza sigue latente en nosotros y es más que suficiente para superar todas las dificultades que nos presenta la existencia, y al igual que la planta salir a luz del sol, a la vida.
 

¿Empleas tú esa fuerza que te ha regalado la naturaleza para vivir la vida en plenitud?