Cómo ser un influencer y no morir en el intento

El fin de semana pasado, escuché a un grupito en niñas de doce años, conversar sobre lo que querían ser de mayores y me llamó poderosamente la atención que una dijo que ella quería ser “influencer”.

Yo ya había escuchado el nombrecito ese para denominar a ciertas blogeras o youtubers (que generalmente tienen voces chillonas e ínfulas de grandeza), que van por la vida aconsejando a los demás, siendo embajadoras de marcas o de productos y posando en los photocalls y comiendo canapés gratis en todos los eventos a los que asisten.

Pero me resultó curioso que “influir” hoy en día sea una “ocupación” y más que sea algo aspiracional para las nuevas generaciones como antes podía serlo el ser “maestra” o “médico”.

No pude resistir y para averiguar si mi concepto cazaba con el suyo, me acerqué a preguntarle qué es eso de ser “influencer” y me respondió que es una persona que se vuelve popular por las redes sociales o por colgar videos en youtube y por ello las tiendas le regalan bolsos, zapatos, vestidos, maquillajes, viajes y todo tipo de cosas y la invitan a todas las fiestas y eventos.

Ya entendí por qué quería ser una influencer; a mí allí mismo me entraron ganas locas de serlo.

Es una pena que no sepa colgar un video en youtube, pero esa es otra historia.

Ahora bien ¿cómo ser un influencer?

Acudí a san Google y en resumen, uno sabe que es un influencer cuando:
Subes una foto a Instagram y al minuto tiene cientos de likes
Tu blog tiene cada vez más visitas
Tus tuits son cada vez más populares
Tu último vídeo de Youtube ha alcanzado las 30.000 visualizaciones


Y como consejos para ser un influencer, en internet encontré lo siguiente:

1. Sé activo en (todos) tus perfiles sociales.
En cuantos más mejor.

2. Compra followers
No tengas escrúpulos, un influencer con escrúpulos no es nada. Ahora no hay tiempo de pensar en estrategias de crecimiento orgánico, necesitas algo mucho más rápido. Con tus 200 followers no llegas a ninguna parte, así que lo mejor es que entres a cualquier página de compra de followers y te hagas con un buen pack. 1.000 no son suficientes, empecemos fuerte: 25.000. Depende de la web donde los consigas el precio de este pack puede variar entre 150 y 350 dólares, aunque no puedo garantizar su fiabilidad, pero al menos habrá quien empiece a visitar tu perfil para ver quién eres, y se creerá que hay 25.200 personas que quieren escuchar lo que les dices.

3. Menciona a absolutamente todas las marcas
De coches, de teléfonos móviles, de electrodomésticos, de bebidas alcohólicas. De lo que sea. Necesitas visibilidad, así que tendrás que ser expeditivo con esto. Que no te importe que tu timeline se acabe pareciendo al mono de un piloto de Fórmula 1. Puedes empezar a calentar músculo con algo usual:

“Whoa, este café de @Nespresso está increíble! Ojalá me dejen probar su máquina nueva.”

“Salvo que solucionen mi incidencia en 24 horas, no puedo aconsejar a nadie viajar con @Iberia. Decepcionado.”

4. Que tu bio de Twitter no delate tu realidad
Para empezar, con tu ubicación. Ser de Alpedrete, Castillejo de Iniesta o Lepe está bien, pero si lo que quieres es triunfar, obligatorio sustituirlo por la capital de provincia. Si el resultado tampoco queda del todo convincente, siempre puedes añadir Madrid, como si vivieras a caballo entre esas dos ciudades. Por ejemplo, "Murcia / Madrid". Y luego ya rizar el rizo con tres ciudades, como "Murcia / Madrid / Barcelona" y demostrar que eres más cosmopolita que nadie. Darás a entender que eres bien cool y te mantienes en tu tierra, pese a que tu apretada agenda de influencer te obligue a visitar la capital o incluso más ciudades con frecuencia. Sobre todo para eventos, pero también para tus "proyectos y emprendimientos", aunque de esto último tengas más bien poco. Pero nadie lo sabe, y con la verdad por delante no se llega a influencer.

5. Conviértete en un sueltafrases
No te llevará más de 20 minutos por la mañana buscar una web genérica llena de citas y frases motivacionales, copiar unas diez, pongamos, y programarlas a lo largo del día con herramientas como Hootsuite o Buffer. Luego sólo has de esperar sentado a que lleguen los retuits, mientras piensas cómo exprimir a la primera marca a la que se le haya ocurrido hacerte caso (pobre de ella, venturoso de ti).
Pro tip: da los buenos días y las buenas noches. Como influencer, tu Twitter ganará un valor añadido importantísimo.

6. Piensa en #hashtags.
De nada servirá una buena publicación sobre tu contenido en redes sociales si no la ‘distribuyes’ bien. Sobre todo en Instagram, no tener las etiquetas adecuadas te puede hacer pasar desapercibido sobre todo en el nicho o en el sector que estás posicionado y además, hay que etiquetar a las marcas que se están utlizando.

7. Tú, tu mejor agencia de comunicación
Difunde las entrevistas que te hagan, tu participación en programas, etc. No hay mejor manera de mostrarle al mundo que interesas que enseñar las entrevistas o reportajes que te han hecho en medios, blogs, etc. A tu audiencia y a las marcas les gustará saber que despiertas interés y además les ayudará a conocerte un poco mejor. Eso sí, tampoco seas muy ‘pesado’. Entre el autobombo ‘guay’ y el spam hay en ocasiones una delgada línea muy fácil de traspasar.

8. Enseña tu trabajo.
El mundo tiene que saber lo creativo y bueno que eres en tu trabajo. Así que si hay un post, un vídeo o una receta de la que estás especialmente orgulloso, te recomendamos no solo promocionarlo en tus redes sociales (incluso ir informando de que ha sido uno de los más vistos, etc), sino añadirlo a una pestaña de ‘grandes éxitos’ o ‘trabajos destacados’ para que la marca pueda verlo como carta de presentación cuando acceda a tu página

9. A vivir del cuento
Llegados a este punto, ya deberías tener al menos 26.000 followers, dos marcas (o tres) que te hagan caso, un esmoquin con olor a gin-tonic y empanadillas, y un LinkedIn absolutamente envidiable en el que dejes caer como si tal cosa que eres conferenciante universitario. Además, haberte convertido en un sueltafrases te dará solera para poder escapar de cualquier conversación incómoda ("¿y tú, a quién impartes esas conferencias...?") en uno de los muchos eventos a los que tu duro trabajo te hará asistir (recuerda: Murcia / Madrid / Barcelona). En los primeros eventos a los que acudas acusarás tu falta de experiencia, pero sólo tienes que hacerte con una copa, apoyar el codo en una barra alta, y poner cara de interesante. No mires el móvil, eso es de forever alones. Simplemente evalúa el ambiente con la mirada de quien se sabe superior a los demás. Notarás que empiezas a cabalgar sobre la ola de una fama exagerada cuando la gente se acerque a saludarte. Tu puesta en solfa habrá sido un éxito. Enhorabuena, eres uno más. Te pasarás los días de evento en evento. Ya eres un influencer.

8)

Influencer, un youtuber?? Influencer era Gorgias el sofista cuya actividad cotidiana consistía en acudir a lugares públicos, donde defendía encarnizadamente una tesis relativa a una cuestión cualquiera; una vez derrotados y convencidos sus interlocutores, comenzaba a defender la tesis contraria, hasta doblegar nuevamente a quien interviniese en la disputa, y así sucesivamente se contraargumentaba una y otra vez, haciendo gala de su retórica.

Ya sé ya sé que con aportes como éste nunca seré un influencer, igual yo ni quería.

Pues... así las cosas.

#AEstePasoNuncaSeremosInfluencers :(

Farisha escribió:El fin de semana pasado, escuché a un grupito en niñas de doce años, conversar sobre lo que querían ser de mayores y me llamó poderosamente la atención que una dijo que ella quería ser “influencer”.

Yo ya había escuchado el nombrecito ese para denominar a ciertas blogeras o youtubers (que generalmente tienen voces chillonas e ínfulas de grandeza), que van por la vida aconsejando a los demás, siendo embajadoras de marcas o de productos y posando en los photocalls y comiendo canapés gratis en todos los eventos a los que asisten.

Pero me resultó curioso que “influir” hoy en día sea una “ocupación” y más que sea algo aspiracional para las nuevas generaciones como antes podía serlo el ser “maestra” o “médico”.

No pude resistir y para averiguar si mi concepto cazaba con el suyo, me acerqué a preguntarle qué es eso de ser “influencer” y me respondió que es una persona que se vuelve popular por las redes sociales o por colgar videos en youtube y por ello las tiendas le regalan bolsos, zapatos, vestidos, maquillajes, viajes y todo tipo de cosas y la invitan a todas las fiestas y eventos.

Ya entendí por qué quería ser una influencer; a mí allí mismo me entraron ganas locas de serlo.

Es una pena que no sepa colgar un video en youtube, pero esa es otra historia.

Ahora bien ¿cómo ser un influencer?

Acudí a san Google y en resumen, uno sabe que es un influencer cuando:
Subes una foto a Instagram y al minuto tiene cientos de likes
Tu blog tiene cada vez más visitas
Tus tuits son cada vez más populares
Tu último vídeo de Youtube ha alcanzado las 30.000 visualizaciones


Y como consejos para ser un influencer, en internet encontré lo siguiente:

1. Sé activo en (todos) tus perfiles sociales.
En cuantos más mejor.

2. Compra followers
No tengas escrúpulos, un influencer con escrúpulos no es nada. Ahora no hay tiempo de pensar en estrategias de crecimiento orgánico, necesitas algo mucho más rápido. Con tus 200 followers no llegas a ninguna parte, así que lo mejor es que entres a cualquier página de compra de followers y te hagas con un buen pack. 1.000 no son suficientes, empecemos fuerte: 25.000. Depende de la web donde los consigas el precio de este pack puede variar entre 150 y 350 dólares, aunque no puedo garantizar su fiabilidad, pero al menos habrá quien empiece a visitar tu perfil para ver quién eres, y se creerá que hay 25.200 personas que quieren escuchar lo que les dices.

3. Menciona a absolutamente todas las marcas
De coches, de teléfonos móviles, de electrodomésticos, de bebidas alcohólicas. De lo que sea. Necesitas visibilidad, así que tendrás que ser expeditivo con esto. Que no te importe que tu timeline se acabe pareciendo al mono de un piloto de Fórmula 1. Puedes empezar a calentar músculo con algo usual:

“Whoa, este café de @Nespresso está increíble! Ojalá me dejen probar su máquina nueva.”

“Salvo que solucionen mi incidencia en 24 horas, no puedo aconsejar a nadie viajar con @Iberia. Decepcionado.”

4. Que tu bio de Twitter no delate tu realidad
Para empezar, con tu ubicación. Ser de Alpedrete, Castillejo de Iniesta o Lepe está bien, pero si lo que quieres es triunfar, obligatorio sustituirlo por la capital de provincia. Si el resultado tampoco queda del todo convincente, siempre puedes añadir Madrid, como si vivieras a caballo entre esas dos ciudades. Por ejemplo, "Murcia / Madrid". Y luego ya rizar el rizo con tres ciudades, como "Murcia / Madrid / Barcelona" y demostrar que eres más cosmopolita que nadie. Darás a entender que eres bien cool y te mantienes en tu tierra, pese a que tu apretada agenda de influencer te obligue a visitar la capital o incluso más ciudades con frecuencia. Sobre todo para eventos, pero también para tus "proyectos y emprendimientos", aunque de esto último tengas más bien poco. Pero nadie lo sabe, y con la verdad por delante no se llega a influencer.

5. Conviértete en un sueltafrases
No te llevará más de 20 minutos por la mañana buscar una web genérica llena de citas y frases motivacionales, copiar unas diez, pongamos, y programarlas a lo largo del día con herramientas como Hootsuite o Buffer. Luego sólo has de esperar sentado a que lleguen los retuits, mientras piensas cómo exprimir a la primera marca a la que se le haya ocurrido hacerte caso (pobre de ella, venturoso de ti).
Pro tip: da los buenos días y las buenas noches. Como influencer, tu Twitter ganará un valor añadido importantísimo.

6. Piensa en #hashtags.
De nada servirá una buena publicación sobre tu contenido en redes sociales si no la ‘distribuyes’ bien. Sobre todo en Instagram, no tener las etiquetas adecuadas te puede hacer pasar desapercibido sobre todo en el nicho o en el sector que estás posicionado y además, hay que etiquetar a las marcas que se están utlizando.

7. Tú, tu mejor agencia de comunicación
Difunde las entrevistas que te hagan, tu participación en programas, etc. No hay mejor manera de mostrarle al mundo que interesas que enseñar las entrevistas o reportajes que te han hecho en medios, blogs, etc. A tu audiencia y a las marcas les gustará saber que despiertas interés y además les ayudará a conocerte un poco mejor. Eso sí, tampoco seas muy ‘pesado’. Entre el autobombo ‘guay’ y el spam hay en ocasiones una delgada línea muy fácil de traspasar.

8. Enseña tu trabajo.
El mundo tiene que saber lo creativo y bueno que eres en tu trabajo. Así que si hay un post, un vídeo o una receta de la que estás especialmente orgulloso, te recomendamos no solo promocionarlo en tus redes sociales (incluso ir informando de que ha sido uno de los más vistos, etc), sino añadirlo a una pestaña de ‘grandes éxitos’ o ‘trabajos destacados’ para que la marca pueda verlo como carta de presentación cuando acceda a tu página

9. A vivir del cuento
Llegados a este punto, ya deberías tener al menos 26.000 followers, dos marcas (o tres) que te hagan caso, un esmoquin con olor a gin-tonic y empanadillas, y un LinkedIn absolutamente envidiable en el que dejes caer como si tal cosa que eres conferenciante universitario. Además, haberte convertido en un sueltafrases te dará solera para poder escapar de cualquier conversación incómoda ("¿y tú, a quién impartes esas conferencias...?") en uno de los muchos eventos a los que tu duro trabajo te hará asistir (recuerda: Murcia / Madrid / Barcelona). En los primeros eventos a los que acudas acusarás tu falta de experiencia, pero sólo tienes que hacerte con una copa, apoyar el codo en una barra alta, y poner cara de interesante. No mires el móvil, eso es de forever alones. Simplemente evalúa el ambiente con la mirada de quien se sabe superior a los demás. Notarás que empiezas a cabalgar sobre la ola de una fama exagerada cuando la gente se acerque a saludarte. Tu puesta en solfa habrá sido un éxito. Enhorabuena, eres uno más. Te pasarás los días de evento en evento. Ya eres un influencer.

8)

Me da la impresión de que ese trabajo no está pagado. ¡Demasiados condicionantes para un resultado incierto!

Dile a ese grupo de niñas que se pongan a estudiar y que se dejen de majaderías.

Eso de querer ser, o ser, influencer es la mentira más grande desde El Chupacabras. Todo es por dinero. Miren:

http://www.marca.com/tiramillas/tecnologia/2016/12/12/584e8acc268e3e032c8b457f.html


Sé que es de muy mal gusto dejar links a enlaces externos, pero me otorgo la licencia de hacerlo por falta de tiempo.

Oyeeee, embolsarse 15 millones de dólares por ser un "gamer" :cyclops: no me sorprende que haya tantos millenials que aspiren a ello.

Yo no conocía a ninguno de estos youtubers ¿será que ya estoy viejita y no entro en su círculo de influencia? pero bueno, sus contenidos tampoco entran dentro de mis intereses (salvo la de cocina, pero dice que sus recetas son "raras").

Nietzscheano escribió:Influencer, un youtuber?? Influencer era Gorgias el sofista cuya actividad cotidiana consistía en acudir a lugares públicos, donde defendía encarnizadamente una tesis relativa a una cuestión cualquiera; una vez derrotados y convencidos sus interlocutores, comenzaba a defender la tesis contraria, hasta doblegar nuevamente a quien interviniese en la disputa, y así sucesivamente se contraargumentaba una y otra vez, haciendo gala de su retórica.

Ya sé ya sé que con aportes como éste nunca seré un influencer, igual yo ni quería.

Lo que dices de Georgias es similar a la sipnosis de este libro https://www.casadellibro.com/libro-arte-de-probar-ironia-y-logica-en-india-antigua/9788437506210/1228497

Segun la cual unos filosofos de la antigua India, especialistas en logica y en las estructuras del razonamiento, solian defender una tesis y luego la contraria, pero mas que basado en la retorica, en las reglas del razonamiento logico.

De retorica y apariencias estamos saturados hoy en dia, es lo que hace el marketin, vender lo mismo un artilugio que no sirve para nada, que una idea que no lleva a ningun sitio, que una moral de bolsillo. Es lo que enseñan los medios, prensa escrita, telediarios,reportajes, revistas, y es en lo que parece todo el mundo especialista, en montarse una autoestima a base de marketing barato de cualquier tendencia mediatica.

Lo mismo vale para faldar de aparente espíritu critico y vestimenta ideologica, que para hacerse influencer. Almenos la retorica sofista tenia cierto nivel.