Cuando muy poco puede ser mucho.

Nunca me olvido de un linyera que dormía siempre en el Parque Rivadavia de Buenos Aires, en la parte donde están los kioskos de libros usados.

Yo pasaba todas las mañanas para tomar el subte, de esto ya hace algunos años, antes de venirme para MdP.

Siempre lo veía tirado, tapado con papeles de diario, descalzo y por supuesto roñoso, meado y borracho.

Un día, mi viejo había tirado unos zapatos que él decía que le le hacían doler.

Cuando fui a cerrar la bolsa de la basura los ví y no sé porqué pensé en el linyera, y tuve una idea, rescaté los zapatos, le agregué dos pares de medias y los metí en una bolsita del supermercado.

A la mañana siguiente cruzando el parque lo ví al tipo sentado recostado contra un árbol, como parecía lúcido, me acerqué y le dije:

- No se ofenda maestro, tengo estos zapatos y estas medias que me vienen sobrando, ¿ a usted no le servirían...?- Medio gangoso me dijo que sí, los agarró y yo me fui por mi camino.

Dos o tres dias después como a las 7 de la tarde, volviendo a mi casa, paso otra vez por el Parque y no se imaginan la sorpresa que me dí:

De frente venía el linyera, derechito, paso seguro y firme, bien sobrio y con aire de "hoy es mi gran día...", al cruzarme me dirigió una leve sonrisa y levantó el pulgar y siguió caminando como al encuentro de una gran cita.

Me pregunto si algo habrá influido los zapatos de mi viejo que llevaba puestos...

Juro que es rigurosamente cierto.

Eso me recuerda un poema de Salvador Díaz Mirón.

  ASONANCIAS
Sabedlo, soberanos y vasallos,
próceres y mendigos:
nadie tendrá derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo estricto.

Lo que llamamos caridad y ahora
es sólo un móvil íntimo,
será en un porvenir lejano o próximo
el resultado del deber escrito.

Y la Equidad se sentará en el trono
de que huya el Egoísmo,
y a la ley del embudo, que hoy impera,
sucederá la ley del equilibrio.

rubmir escribió:
Lo que llamamos caridad y ahora
es sólo un móvil íntimo,
será en un porvenir lejano o próximo
el resultado del deber escrito.

Grábelo en piedra, amigo, alguna vez, tarde o temprano, será realidad, que la justicia es una virtud, pero la más grande es la equidad.

Nunca doy dinero a los mendigos, solo ropa o alimento. Muchas veces he ido a la venta mas cercana para traerles un sandwich con su bebida. Pero dos veces me han despreciado el gesto irritados los mendigos porque no les di dinero. En este pais los mendigos son pordioseros con garrote. Como nadie pasa hambre, solo aceptan cash para comprar drogas o alcohol. Por lo tanto cada vez doy menos y menos pues rechazan lo que les brindo. Tampoco se puede ayudar a cualquier otro ser humano en la calle que no sea mendigo sin medir antes las consecuencias si de la ayuda podría salir algo mal, pues "el ayudado" te podría demandar por daños o accidentes inesperados que no hubieran aparecido sino es por tu gesto de ayudar.

Me gustó esta historia que nos compartes.

Seguro que sí, que el llevar zapatos influyó positivamente en el "linyera" (nunca había leído ni escuchado esa palabra, aunque entendí, por el contexto de la historia que se trataba de un vagabundo, googleé la palabra para salir de dudas y tampoco es que me haya enterado de mucho con los sinónimos que encontré- linyera:bichicome (Uruguay), pichi (Uruguay), croto, :shock: ) porque recordó su dignidad humana olvidada (que no perdida porque afortunadamente nunca se pierde la dignidad pese a lo bajo que se caiga) a causa del alcohol...