LA MÚSICA DE MI BARRIO

LA MÚSICA DE  MI BARRIO

A la música compuesta de un rumor sordo, salpicado de frenazos, bocinazos chirridos y sirenas de ambulancias, le falta un instrumento, parece que esa sintonía diaria desafina. A esa cantinela le faltan los gritos, las risas, las carreras y los juegos escandalosos de los niños. Pero ahora no están, las vacaciones se los ha llevado, los ha cambiado de sitio. Pocos son por la escasa natalidad española, pero se les nota, se hacen de notar.

Las calles están solitarias y los grandes colegios, los patios de recreo y los parques están tristes, sombríos, y silenciosos..Al igual que los animales que necesitan sus meses de hibernación para coger fuerzas, a los niños se les regala un tiempo que necesitan para que cambien la rutina, para que conozcan nuevos sitios, nuevas gentes, nuevas criaturas.

Muchos conocerán en este tiempo de verano, por primera vez a sus abuelos, el pueblo de sus padres, y atónitos comprobaran que existen animales de verdad, y que los frutos nacen de los árboles, que era verdad lo que se decía en Internet, que los perros tienen pulgas, que las moscas son y están en todas partes, que los animales domésticos se aparean y que se matan para comerlos. Será su gran descubrimiento, porque nada es tan fácil como en la ciudad. Descubrirán que hay otros mundos mas reales y divertidos que lo de los videojuegos, que jugar en la calle junto al río es más entretenido que ver la televisión, y que correr con el perro de la calle, sin preocuparse de los semáforos, mas sano que las clases obligada de ginancia del colegio.

Por primera vez pueden estar todo el día con sus padres, y descubren lo que s comer todos juntos sin prisas, añoran el ruido a que están acostumbrados, pero a su vez, y sin saberlo, añaden al silencio del pueblo su armónica música de ángeles urbanos.

Rocinante                 miércoles, 25 de agosto de 20XX  REGISTRADO TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR   1121