SE HA PERDIDO UNA GOLONDRINA

SE HA PERDIDO UNA GOLONDRINA

Rocinante

Esta tarde ha llegado de improviso y de pronto su estridente trino ha llenado la paz de la tarde. Ha aparecido por el final de la calle. Ha remontado el vuelo, y se ha paseado rauda y haciendo piruetas en el aire por delante de mi galería. El año pasado no vinieron sus compañeras de viaje, y este año, y aunque solo sea una avanzadilla de las que pueden llegar después, ella ha alegrado con su canto, una tarde tranquila de Primavera.

Quizas nadie, ningún vecino, haya recabado en ella, pues tan solo sus trinos han delatado su rápida presencia en el vuelo de la calle, pero yo sé que ella busca, que vuelve a sus orígenes, quizás al nido en donde nació, instinto que heredo de sus anteriores generaciones, pero no ha encontrado nada de lo que buscaba, Ahora son estos otros bloques de pisos, mas nuevos y desconocidos para ella, otras especie de árboles, otras azoteas y terrazas, porque en los pocos años que quizás no a volado por aquí, el paisaje ha cambiado mucho.

Ha vuelto a pasar rauda y veloz una y otra vez la Golondrina, piando fuerte como protestando, como inquiriendo, parecía preguntar con su trinos. Ha volado, y como un espectáculo natural ha realizado acrobacias, planeos, aleteos, ha remontado a las alturas, y ha bajado en picado hasta casi el suelo, arriba y abajo de la calle. Ha mirado y remirado los rincones, los árboles, las nubes, a la gente que la ha ignorado, ha protestado y se ha rebelado a su manera contra este nuevo tiempo de ácidos y química en el aire, que le quita la vida microscópica de las nubes, y la sentencia a una muerte segura.

Ha vuelto a pasar cuando ya las sombras oscuras del anochecer apagaban la tarde. Ha salido ascendiendo por donde llegó, por el final de la calle, la parte que mira al Mar, alli se a cruzado con dos gaviotas que venían de su paseo por la playa, y ni siquiera la han saludado. Se ha marchado triste, hambrienta y desconsolada, segura de que a perdido otro lugar que guardaba en su memoria. Ha desaparecido en el aire con la triste convención de que nunca más volverá a volar por este barrio.