Cuando la ciudad me invita a tomar cafe

    CUANDO LA CIUDAD ME INVITA A TOMAR CAFE

Suelen ser en abril cuando la vida me invita a tornar café..... dice Serrat en una de sus canciones, pero yo creo que también, además de la vida la ciudad nos invita a disfrutarla y a vivirla en verano, en agosto, en el tiempo de vacaciones.
Es entonces cuando con la soledad de sus calles, sus parques y el silencio que la inunda le hace quitarse su careta de insana, de incomoda y de ruidosa para enseñar su verdadero rostro, aquel que durante todo el año los urbanita con sus prisas y sus aglomeraciones, sus coches y masificación, le hacen ponerse.

La ciudad en estas semanas es mas pequeña, menos urbe, mas hospitalaria, mas accesible sus avenidas, y te invita a que la pasee, a que la admire, a que le hagas fotos. Las desiertas calles con sus innumerables huecos a que estaciones en ellos, las terrazas de los bares y restaurantes son los dueños e las aceras, y los semáforos solitarios solo le dan paso a las aburridas palomas, con  los arboles que se dan la mano con unas ramas largas que cubren el cielo.

Con el silencio de las tardes noches se descubren sonidos desconocidos, y adviertes que en las escaleras hay niños, perros y abuelas, que le gritan a su gato, en el cielo huérfano de estrellas aparecen los aviones que no cejan en su empefio de buscar el aeropuerto y sus luces intermitentes atraen a las gaviotas que han huido del tumulto de las playas. En ese tiempo, único  tiempo del año es cundo se siente a la ciudad como propia, como habitable, como debería ser todo el año.

Saludos

Dorogoi escribió:Hola,
Eso se nota mucho en Italia en Agosto cuando la ciudad se vacìa. El feriado del 15 de agosto son ciudades fantasmas.

Hoy con esta pandemìa, son todo el año las casas que estàn vacìas y en calma. Se sinete la casa como propia y habitable, pero no es como deberìa ser. Este nuevo modo de vivir aislado no me gusta mucho.

Saludos.

Hols Doro aquí este año ha ocurrido algo inusual, pues con esto de que el año pasado y el anterior por esto de la pandemia no se pudo salir de vacaciones, este agosto a sido una desbandada general a las playas y a la montaña, tanto que los hoteleros que ya tenían y por no venir turistas, la temporada de este año perdida, se  frotaban las manos, al ver como los peninsulares y los isleños, el turismo nacional, les llenaban los hoteles, los alberges, los campings, los apartamentos, los paradores, o sea han salido de la ruina que esperaban. y la soledad con que aparecían, los pueblos costeros, las playas y los sitios turísticos el año pasado y estas pasadas navidades, ha cambiado  al llenarse de gentes para bien de todos.

Saludos