Alzheimer: Cinco cosas que crees y no son ciertas Bienestar

Alzheimer: Cinco cosas que crees y no son ciertas
Bienestar

Martes, 23 de Marzo de 2021 - 00:00
puzzle y cerebro
El Alzheimer no es hereditario y sí es una amalgama de distintos factores

Isabel Gallardo Ponce
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El Alzheimer es una enfermedad de sobra conocida. ¿Pero realmente la conocemos? En España, según datos de la Sociedad Española de Neurología, afecta a más de 800.000 personas y se espera que el número de casos, debido al envejecimiento de la población, se doble en los próximos 20 años.

¿Sabemos si el Alzheimer tiene tratamiento? ¿Si hay manera de evitar que se desarrolle? En cierta manera parece que tenemos claros los aspectos básicos de la enfermedad, pero siguen existiendo algunas creencias erróneas o mitos que debemos desterrar para comprender mejor este tipo de demencia. Y es que no todas las demencias son Alzheimer, aunque éste sí es la causa neurodegenerativa más común.

Envejecer no implica tener Alzheimer
Una de las cosas que hay que tener clara es que el Alzheimer no es una consecuencia inevitable de envejecer. Sí es cierto que el principal factor de riesgo de esta enfermedad neurodegenerativa es la edad pero no es una causa directa. “La enfermedad de Alzheimer no puede atribuirse a una causa única sino a un conjunto de factores de riesgo”, explica a CuídatePlus Nina Gramunt, neuropsicóloga y directora técnica del Área Social y de Divulgación de la Fundación Pasqual Maragall, a propósito de la encuesta Actitudes y percepciones de la población española sobre el Alzheimer, realizada por la fundación, que ha detectado los cinco mitos más frecuentes sobre la enfermedad.

En la encuesta, realizada en dos olas en junio y julio de 2019 y 2020, el 40% de los 1.001 encuestados de manera telefónica considera que el Alzheimer forma parte del proceso normal de envejecer. “Es una creencia un tanto derrotista porque es asumir que no podemos hacer nada. El estilo de vida tiene incidencia sobre el riesgo de desarrollar Alzheimer”, añade Gramunt.

En ello coincide Silvia Gil, vocal de la Sociedad Española de Neurología, quien añade que envejecer produce déficit cognitivos concretos, que se traducen en que se hace más difícil simultanear varias tareas cognitivas a la vez o mantener de forma sostenida la atención. “A veces se experimenta dificultad para encontrar la palabra adecuada. Las personas se quejan de que tardan más tiempo en encontrar una palabra que buscan. Pueden ser normales en el contexto de un envejecimiento, pero esos síntomas o dificultades per se no justifican una enfermedad de Alzheimer”, dice Gil. El envejecimiento también trae consigo una merma en el equilibrio, en la estabilidad, en la marcha, y alteraciones osteoesqueléticas...

No existe tratamiento que prevenga o detenga el Alzheimer
No existe ninguna medicación que pueda ayudar a prevenir la enfermedad o a frenar su curso. Lo único que se puede tratar de prevenir es el riesgo de desarrollar el Alzheimer. No obstante, un tercio de los encuestados creen que sí. “A fecha de hoy no tenemos ningún tratamiento farmacológico ni no farmacológico que realmente incida en el desarrollo neurobiológico de la enfermedad, es decir, frenando su curso, y mucho menos revirtiendo los daños ocasionados”, dice Gramunt. Lo mismo se puede decir de suplementos alimenticios o terapias alternativas, que tampoco previenen, detienen o curan el Alzheimer

El estilo de vida influye en el riesgo de desarrollar Alzheimer
Entre los factores de riesgo modificables, es decir, aquéllos sobre los que podemos actuar, para el desarrollo del Alzheimer, Gramut explica que los hábitos de vida saludable ayudan a reducir el riesgo de que la enfermedad aparezca. Por eso es muy importante adoptar estilos de vida saludable. No se trata, añade Gil, de cumplir uno y olvidarse del resto sino de hacer de ellos una forma de vida y favorecer un envejecimiento saludable:

Control de la salud cardiovascular:  “Lo que es bueno para el corazón es bueno para la mente”, añade Gramut haciendo referencia a la expresión latina Mens sana in corpore sano. De hecho,diversas investigaciones, entre ellas algunas del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares y del Barcelona Beta Brain Research Center, el centro de Investigación de la Fundación Pasqual Maragall, demuestran que el cuidado de la salud cardiovascular, puede ser un gran aliado para prevenir el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Así que los consejos para proteger el corazón, como controlar la hipertensión, la diabetes, el colesterol y no fumar, son válidos también para proteger la salud del cerebro.


Nutrición: El seguimiento de la dieta mediterránea para prevenir y controlar los factores de riesgo cardiovascular. Esta dieta saludable también aporta nutrientes que tienen un impacto directo en la salud neuronal ya que previene el deterioro cognitivo.

Evitar hábitos tóxicos, como el consumo de alcohol, de tabaco o de drogas.

Ejercicio físico: Realizar actividad física, además de mejorar el aspecto físico, también tiene un impacto directo sobre la salud cardiovascular y cerebral. Se recomienda realizar al menos media hora de actividad física al día o por lo menos alcanzar 10.000 pasos.

Alimentar la mente y promover esta mayor conexión de las redes neuronales. “Cada nuevo aprendizaje promueve la aparición de nuevas conexiones entre las neuronas”, dice Gramut.

Estar socialmente activo. La pandemia por coronavirus nos ha obligado al distanciamiento social, pero las nuevas tecnologías nos permiten contactar con nuestros familiares y amigos.

Procurar tener hábitos de descanso correctos y de sueño reparador. En la enfermedad de Alzheimer se produce una acumulación de proteínas que generan toxicidad en el cerebro. Durante el sueño profundo el cerebro se deshace de forma natural de estas sustancias acumuladas a lo largo del día. “Es muy importante asegurar ese sueño para desconectar de las preocupaciones del día a día y dejar que el cerebro active sus mecanismos de limpieza y regeneración”, puntualiza Gramut.

Según la SEN, se calcula que en España 800.000 personas padecen Alzheimer.

El Alzheimer no es hereditario
Aunque más de un 52% de los españoles creen que el Alzheimer es hereditario, lo cierto es que menos del 1% de los casos se producen por esta causa y en el 99% la genética actúa como factor de riesgo. “Se trata de la interacción de distintos factores lo que puede llevar al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer”, añade Gil. De ahí la importancia de actuar sobre aquellos factores de riesgo modificables, como los estilos de vida, que están a nuestro alcance.

Una mente activa no evita el Alzheimer, pero puede retrasarlo
Mucho se ha hablado de la importancia de ejercitar la mente para evitar que aparezca cualquier tipo de demencia. Y es cierto que desarrollar y mantener una actividad intelectual ayuda a incrementar la reserva cognitiva y le confiere cierta protección o resiliencia, pero no funciona ni como un antídoto ni como una vacuna. “Una mayor reserva cognitiva se traduce en un mayor número de conexiones neuronales, lo que quiere decir que ese cerebro va a ser capaz de resistir durante más tiempo la aparición de neuropatologías”, explica Gramut.



Eso no significa que el Alzheimer no vaya a aparecer, pero sí que lo haga más tarde independientemente de la reserva cognitiva previa que tenga el individuo. “Cuanto más activo y más estimulado de alguna forma, más resistencia a manifestar la enfermedad”, dice Gil. Eso sí, trabajar la mente debe ir acompañado del resto de hábitos saludables.

Y ese trabajo cerebral debe ser grato para quien lo realiza para que lo mantenga en el tiempo. Además, en el caso de que el Alzheimer ya se haya presentado, realizar programas de psicoestimulación cognitiva ayuda a que las personas “se mantengan estables a nivel cognitivo y funcional y a que mantengan su autonomía. Estos programas, además, son muy beneficiosos en la esfera emocional”, dice Gil.

También hay que tener en cuenta que una vez que la persona sufre Alzheimer se embarca en programas de estimulación cognitiva pueden presentarse dos problemas para seguir estos programas:

Apatía: “Muchos de los pacientes con Alzheimer desarrollan apatía, es decir, tienen poca iniciativa para desarrollar actividades”, dice Gil, y esto puede suponer un impedimento cuando se les recomienda un programa de estimulación cognitiva. “Por eso es tan importante buscar una actividad que les guste y les resulte estimulante para poder vincularse con esa actividad y empezar a estimular bien su cerebro”.

Nula conciencia de la enfermedad. El Alzheimer hace que muchas personas no sean conscientes de que tienen una enfermedad, lo que dificulta que hagan actividades de estimulación cognitiva y que tengan continuidad en su realización.