A quien le guste las ciudades que se venga a Madrid o a Barcelona.

A QUIEN EL GUSTE LAS CIUDADES QUE SE VENGA A MADRID O A BARCELONA.

Si y los he conocido que les guata sumergirse en el estruendo, en el follón del ruido, las prisas, los empujones y el estrés de esas colmenas humanas. Hay gente para todo, y es respetable, pero la vida en las calles de las grandes ciudades no son buenas ni para el estado físico, anímico ni sitico de las personas.

Nunca bajo a no ser por imperativo importante a la gran metrópoli de Barcelona, Madrid le supera en número de habitantes y en territorio, porque mientras Barna tiene unos tres millones de habitantes, Madrid tiene el doble, y aunque he estado en Madrid, de turista, claro, no me iría a vivir allí por nada del mundo, bueno, ni a Madrid, ni a ninguna otra gran ciudad.


Pero volvamos a la aventura de dirigirme por la ronda de Dalt ( ronda de arriba ) hacia mi destino, llenos los tres carriles (de esta vía que se construyó para los juegos del 92, y que hoy se ha quedado pequeña ) de coches, en una situación diaria, y que no sorprende a nadie, nos salimos por la salida equivocada, y gracias al GPS que nos orientó llegamos entre escándalos de claxon al destino buscado que era una clínica famosa, pero en lo alto, en la parte de arriba de Barcelona en donde no llegan los Metros, y en donde la burguesía tiene allí plantado  sus palacetes, torres y chalets, y llegamos a la entrada del aparcamiento que a falta de terreno para construirlo, lo han hecho subterráneo pero aquello, y ya en la cola parecía las catatumbas de los cristianos cuando huían de los romanos, poca luz, y ningún en empleado, hay que ahorrar par el bien de la empresa.

Según el cartel luminoso de arriba de la entrada, solo quedaban plaza para 25 coches, pero mientras   esperábamos  y avanzamos muy lentamente, para llegar a la cabina del tiket de entrada, aquella cifra iba reduciéndose y ya, cuando entrabamos, solo
quedaban tres, y a la caza de una plaza libre nos lanzamos por aquellos oscuros pasillos y cuando llegamos juer, eran plazas para minusválidos, esto se avisa coñe.

Asi que sin sitio para dejar el coche, a la calle de nuevo y sin ganas de mirar de encontrar  aparcamiento por las calles vecinas, porque era imposible, así que vuelta para casa, pero antes dijimos de parar y para pasar mejor el fracaso con una cerveza, a tomar algo en una gran área de venta que estaba junto a una salida, llegamos, entramos en el bar y allí nadie se acercaba a pedirnos que deseábamos tomar. No se veían camareros hasta que uno de allí nos dijo que no se servía las mesas, que teníamos que ir a la barra a pedir lo que deseábamos. No me extraño porque es una costumbre que se está imponiendo en todos los establecimientos de bebidas. Ahorro de personal que hay que mirar por la empresa.  Fuimos a pagar con el dinero contante y sonante y nos dicen,. No, no se admite el dinero en metálicos,  tienen que pagar con tarjeta, y menos mal que uno de nosotros llevaba, si no tenemos que quedarnos allá a fregar la cocina

Y ya en la calle de nuevo malhumorados y con la cerveza atravesada en el estómago, dijimos de comer que ya era hora, y nos fuimos, la banda de los fracasados hacia un restaurante cercano que pintaba bien su menú, y cuando fuimos a reservar mesa para una hora después, nos dicen . :- le reservamos la mesa, pero será para solo media hora .-. o sea, dijimos, hay que comer en media hora, claro, más rapidez en el comer y más mesas que se quedan libres, y más negocio que hay que mirar por la empresa.
Y compungidos y hambrientos, nos volvimos la nuestros barrio, y si alguien al contarle nuestra aventura hubiera dicho ¡¡¡es lo que hay!!! Lo hubiera asesinado con mis propias manos alli mismo.

No somos na