Mi corazón la busca y ella no está conmigo.

Aún puedo recordar el primer momento en que mis ojos se toparon con aquella hermosa muchacha de tez morena, cabellos largos y ojos fugaces; también puedo recordar cómo me fui acostumbrando a ella, a que pasara a mi lado, a que todo desapareciera a mi alrededor cuando se aproximaba y a que poco a poco anhelara más que nada que nuestros trayectos se encontraran. Toparme con ella en las mañanas se convirtió en un verdadero deleite del cual yo gozaba sin plena conciencia  hasta que un día al girar para cruzar la calle a la izquierda la observé detrás de mí y me invadió algo más que el efímero goce que puede proporcionar tropezarse con alguna chica bonita, ese día simplemente me di cuenta de cuánto me gustabas.

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“Mi pena es sencilla y nada misteriosa, y como tu alegría, por nada estalla”.*  Libérame de las ataduras de esta máxima del poeta maldito.

*Extracto del poema Semper Eadem de Charles Baudelaire, el poeta maldito.

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He querido pensar que piensas en mi, que de la enorme y vasta cantidad de situaciones que pueden presentársele a una persona yo pueda no ser una circunstancia sino la circunstancia, pensar y creer que mi imagen está en tu mente y mi semblante en tus pensamientos justo de la misma forma en que tú estás en los míos. Desde muy temprano, al despertar, el día se ilumina con la sola posibilidad de poder contemplar tus ojos, tu rostro, tu largo cabello, tu figura. Y sin embargo no es triste cuando no sucede porque queda vivo el anhelo de poder ennoblecer mi ser si por casualidad llegas a pasar a mi lado el día siguiente o el siguiente. La prolongación de la espera aumenta siempre el placer, el placer único y verdadero de sentirte a mi lado y de regocijar el pensamiento amparándome en la creencia de que como yo pienso en ti, tú piensas en mi.

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"Cada uno de nosotros no es más que una mitad que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Estas mitades buscan siempre sus mitades." Sócrates en El Banquete de Platón.

Ese algo que me mueve hacia ti necesariamente tiene que ser el hecho de que encontré mi mitad.

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¿Qué pensarías si un día simplemente voy a ti, saco una hoja o diez o un pliego y te hago entrega de ello y de lo que allí se encuentre trazado y te digo “no sé qué pienses, no sé si sepas de mi, simplemente mis palabras se ahogan en un mar de incertidumbre que me impide expresarme convenientemente, estos escritos son por ti y para ti”?

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Sin lugar a dudas, aunque tardíamente pues la canción tiene más de 10 años, “Somebody told me” de The Killers se ha vuelto una de mis canciones preferidas. Escucharla es uno de esos eventos que prefiero no repetir frecuentemente para no derrochar la sensación que me produce, una sensación que, sin valoraciones, es simplemente un algo que me mueve a la emoción. En la canción un chico está interesado en una chica y el rumor de que ella tiene novio le arruina la intención. ¿Que qué tiene que ver esto con ella? Pienso que si la indecisión que me embarga desde que me percaté de mis sentimientos llega a desvanecerse y mi inacción se convierte en acción tendré que verme enfrentado a la posibilidad de que ella tenga un novio que se parece a una novia que tuve en febrero pasado y de que, por lo tanto, mis inquietudes se conviertan en evidencia que pueda terminar convirtiendo mi mera nostalgia en una pena pura y permanente.

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Siempre que pienso en ti me muevo entre la melancolía, la esperanza y la certeza sin embargo nunca llega la principal: la acción. A un final yo sigo encerrado en mi Caja de Pandora, acompañado eternamente por la esperanza que es el peor de los males.

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Cuando pasan los días, como ahora, y nuestros caminos no se cruzan, el deseo de que mi mirada te envuelva se acrecienta y comienzo como a querer verte en cualquier lado, como a querer que cualquier rasgo que me recuerde a ti sea en efecto tuyo. Pero no, nunca eres tú.

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Si a esto que me pasa se le puede llamar “extrañarte”, te estoy extrañando. No quiero que lo que tanto anhelo, que eres tú, simplemente se desvanezca por la acción del tiempo. Hoy, precisamente pensando en ti y en que te extraño, recordé a Neruda:

Como para acercarla, mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

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Nietzscheano escribió: ya dije que no soy yo, es que me confundo

Nietzscheano escribió: Los textos los tengo y los publico yo porque... ¿Qué sé yo? Mi amigo me los envió por correo erróneamente, sí, digamos eso, me los envío por error y me pidió también por error que los publicara yo en un foro que él no conoce y al que nunca va a venir, sí.

Tombraider escribió: Hola Nietzs, si te sirve de consuelo yo he vivido hace poco una historia parecida. Lo nuestro ocurrió en un tren de cercanías. Y aunque no hubo nada de poesía sí que fue un poco romántico. Pero eso se acabó, lo dejamos de mutuo acuerdo

Tombraider escribió:Creo que es de los pocos megatochos que me he leído

Rusko escribió:¿Es cierto que para ir a comprar el pan, comprar pipas, o incluso para ir del salón de tu casa a la cocina, usas esa línea de autobuses?. Quiero decir, tu amigo. Tú, no. Es que me he confundido. ¿Y…, ni rastro? Prueba en otras líneas de autobuses… Tú, no, tu amigo.  :roll:

Farisha escribió:Hola amiguito, recuerdo la historia del autobús del otro foro donde te "conocí" ;) muy bonita, eres un romántico.

Me hiciste recordar la canción de Sabina, "Con la frente marchita"; no hay peor nostalgia que añorar lo que nunca jamás sucedió...

Nietzscheano escribió:Buenas. En esta ocasión quiero compartirles estos pequeños textos que escribí, eh digo que escribió un amigo hace algún tiempo. Resulta que mi amigo acostumbraba ir a trabajar en su vehículo hasta que sufrió un accidente bastante grave que para fortuna de él sólo tuvo consecuencias materiales, eso hizo que mi amigo se acostumbrara a viajar en autobús o tren por un montón de beneficios que encontró como disminución en el estrés, darse tiempo para sí mismo y costes económicos inferiores entre otros pero además porque por la gravedad del golpe había quedado con un, podría llamarse, pequeño trauma o miedo a conducir. A mi justo me pasó lo mismo  del accidente y del cambio de rutina casi por la misma época, sí, pero ya dije que los textos son de mi amigo, no míos. Bueno, la cuestión es que mi amigo encontró en esos viajes matutinos a su trabajo a la chica más hermosa que jamás he visto, eh digo, haya visto haya visto, porque era él quien la veía, ya dije que no soy yo, es que me confundo. La cuestión es que aunque sintiera una atracción muy profunda hacia ella, mi amigo claro está, no sentía que hubiera una conexión entre ambos, la chica ni sabía que yo existía, eh digo, que el tipo éste mi amigo existía, y esto era frustrante. Además ¿cómo podría sentirse una chica al ser abordada por un desconocido en un autobús? ¿Y además un desconocido que la amaba profundamente? En fin, la cuestión estaba destinada a no concretarse. Terrible, cruel y atronador destino el mío... sí el mío, contando esta historia por supuesto, no es que yo sea el que se enamoró de la chica piel canela, cabellos largos negros y ojos del color de la miel más dulce que te puedas imaginar, de la miel con que los dioses suavizaban el vino y libaban. Después de algún tiempo y muchos intentos fallidos de encontrar alguna mínima situación propicia, mi amigo la perdió para siempre y desde entonces ya sólo mora en su mente como un grato pero asolador recuerdo de lo que pudo ser. ¿Qué vamos a hacer? Es un romántico mi amigo y por eso se dignó escribir lo que ahora les comparto.

Aún puedo recordar el primer momento en que mis ojos se toparon con aquella hermosa muchacha de tez morena, cabellos largos y ojos fugaces; también puedo recordar cómo me fui acostumbrando a ella, a que pasara a mi lado, a que todo desapareciera a mi alrededor cuando se aproximaba y a que poco a poco anhelara más que nada que nuestros trayectos se encontraran. Toparme con ella en las mañanas se convirtió en un verdadero deleite del cual yo gozaba sin plena conciencia  hasta que un día al girar para cruzar la calle a la izquierda la observé detrás de mí y me invadió algo más que el efímero goce que puede proporcionar tropezarse con alguna chica bonita, ese día simplemente me di cuenta de cuánto me gustabas.

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“Mi pena es sencilla y nada misteriosa, y como tu alegría, por nada estalla”.*  Libérame de las ataduras de esta máxima del poeta maldito.

*Extracto del poema Semper Eadem de Charles Baudelaire, el poeta maldito.

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He querido pensar que piensas en mi, que de la enorme y vasta cantidad de situaciones que pueden presentársele a una persona yo pueda no ser una circunstancia sino la circunstancia, pensar y creer que mi imagen está en tu mente y mi semblante en tus pensamientos justo de la misma forma en que tú estás en los míos. Desde muy temprano, al despertar, el día se ilumina con la sola posibilidad de poder contemplar tus ojos, tu rostro, tu largo cabello, tu figura. Y sin embargo no es triste cuando no sucede porque queda vivo el anhelo de poder ennoblecer mi ser si por casualidad llegas a pasar a mi lado el día siguiente o el siguiente. La prolongación de la espera aumenta siempre el placer, el placer único y verdadero de sentirte a mi lado y de regocijar el pensamiento amparándome en la creencia de que como yo pienso en ti, tú piensas en mi.

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"Cada uno de nosotros no es más que una mitad que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Estas mitades buscan siempre sus mitades." Sócrates en El Banquete de Platón.

Ese algo que me mueve hacia ti necesariamente tiene que ser el hecho de que encontré mi mitad.

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¿Qué pensarías si un día simplemente voy a ti, saco una hoja o diez o un pliego y te hago entrega de ello y de lo que allí se encuentre trazado y te digo “no sé qué pienses, no sé si sepas de mi, simplemente mis palabras se ahogan en un mar de incertidumbre que me impide expresarme convenientemente, estos escritos son por ti y para ti”?

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Sin lugar a dudas, aunque tardíamente pues la canción tiene más de 10 años, “Somebody told me” de The Killers se ha vuelto una de mis canciones preferidas. Escucharla es uno de esos eventos que prefiero no repetir frecuentemente para no derrochar la sensación que me produce, una sensación que, sin valoraciones, es simplemente un algo que me mueve a la emoción. En la canción un chico está interesado en una chica y el rumor de que ella tiene novio le arruina la intención. ¿Que qué tiene que ver esto con ella? Pienso que si la indecisión que me embarga desde que me percaté de mis sentimientos llega a desvanecerse y mi inacción se convierte en acción tendré que verme enfrentado a la posibilidad de que ella tenga un novio que se parece a una novia que tuve en febrero pasado y de que, por lo tanto, mis inquietudes se conviertan en evidencia que pueda terminar convirtiendo mi mera nostalgia en una pena pura y permanente.

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Siempre que pienso en ti me muevo entre la melancolía, la esperanza y la certeza sin embargo nunca llega la principal: la acción. A un final yo sigo encerrado en mi Caja de Pandora, acompañado eternamente por la esperanza que es el peor de los males.

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Cuando pasan los días, como ahora, y nuestros caminos no se cruzan, el deseo de que mi mirada te envuelva se acrecienta y comienzo como a querer verte en cualquier lado, como a querer que cualquier rasgo que me recuerde a ti sea en efecto tuyo. Pero no, nunca eres tú.

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Si a esto que me pasa se le puede llamar “extrañarte”, te estoy extrañando. No quiero que lo que tanto anhelo, que eres tú, simplemente se desvanezca por la acción del tiempo. Hoy, precisamente pensando en ti y en que te extraño, recordé a Neruda:

Como para acercarla, mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

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Los textos los tengo y los publico yo porque... ¿Qué sé yo? Mi amigo me los envió por correo erróneamente, sí, digamos eso, me los envío por error y me pidió también por error que los publicara yo en un foro que él no conoce y al que nunca va a venir, sí.