EL MAR QUE NO VOLVERA

MAR QUE NO VOLVERA

Cuando leo que los pescadores de la costa de Cataluña llevan en su barco un contendor  para apartar de la pesca, la basura que suben en sus redes, no puedo dejar de  recordar aquel Mar de mi adolescencia.

Íbamos de excursión, decíamos, los cuatro amigos del barrio  a una salida madrugadora hacia la parte alta, lejos de las últimas casas, siguiendo la línea  de la costa, hacia a la Plancha, que así se llamaba a un cumulo de rocas destacadas en la linia quebrada de la rompiente de aquel Mar bravío. Estaba lejos,  sin caminos más arriba de donde despeñaban a los animales muertos y tiraban la basura, y había que caminar bastante, y más que andar, había que ir dando saltos y salvando las rocas del camino, y después, allá abajo rodeada de espuma blanca de las olas, aparecia, se divisaba la Plancha.

Íbamos a pasar el día que siempre se nos quedaba corto entre zambullidas, bromas, nado y travesuras. No llevábamos comida, si acaso menos que la última vez que pudimos cazar y trocear después, al gato de la pastelería del paseo. En esta ocasión solo llevábamos, el arroz, y una botella de agua que protegíamos como oro en paño de los saltos y tropiezos de entre las rocas y piedras.  La esperada vista de alla abajo, de nuestra meta, desde arriba, nos parecía lo más hermoso de nuestra corta existencia, y nos daba ánimos para seguir la bajada con mas ánimos y con menos prudencia.

Llegamos a la pequeña playa que el Mar le había regalado por un tiempo a ese rincón entre rocas, y la vida marinera nos daba en la cara con una brisa de mil aromas. Nadie bajaba nunca hasta allí, y aquello parecía estar virgen de la mano siempre arrasadora del hombre. Solo, y a lo lejos, un par de musulmanes hacían la pesca mas cómoda, tirando petardos al agua, y provocando que montones de peces ya muertos por la explosión, afloraran a la superficies. No había que buscar entonces los frutos del Mar, ya qiue este te los ofrecía, casi,  a pie de arena, y que en aquellos tiempos nadie de nosotros parecía darle el valor que ahora se le da. Ristras de mejillones arrancados por el oleaje flotaban libremente sobre el agua,. Bastaba hundir las manos en al arena para sacarlas llenas de berberechos que allí le llamábamos coquinas. Lapas, cuajando las rocas de la rompiente, cangrejos con su característico caminar y  libre recorrido por cualquier sitio, y buceando morenas y congrios nadando tranquilamente entre dos aguas. Al pulpo, decía el entendido del grupo que se le podía pescar, dejando algo blanco junto a las rocas, y así lo hizo, y un  pulpo mediano, vino el solo a meterse en la camisa blanca que había sujetado ente dos rocas, y ese, y en compañía de otras capturas acompañaron ese dia al arroz, solo que el agua fue escasa después de gastarla para el condumio y ese día pasamos sed.

Se estaba bien allí, el rumor del oleaje te daba sueño. Después de comer y alertado por los accidentes pasados, ninguno nos lanzamos de cabeza en sitios que no conocíamos, aquellas aguas guardaban rocas de punta invisibles, y traicioneras, ni nos alejábamos mucho en nuestra avanzar nadando, porque  sabiamos que alli estambramos aislados del mundo, y que cualquier contratiempo podría ser fatal.. El Mar mientras, no paraba de llevarnos a la arena, sus frutos, estrellas de Mar, pececillos que se salían de su medio, y boqueaban en la arena, algo que parecía esponjas de Mar, los erizos que parecian esperarte cuando pisabas sin cuidado en la arena blanca y agua transparente.

EL grandioso Mediterráneo  cloaca hoy de media Europa, estaba  entonces  sano, limpio, lleno de vida y de frutos. Hoy, esta moribundo, contaminado, y sus calientes aguas llenas de basuras, se van llenando de peces y formas de vida, nunca vistos en este Mar..

Una historia de otros tiempos... ¿Dónde?. Por haber sacado musulmanes pescando con petardos, debe ser Marruecos. ¿El Mediterráneo marroquí?

u[quote="Rusko"]Una historia de otros tiempos... ¿Dónde?. Por haber sacado musulmanes pescando con petardos, debe ser Marruecos. ¿El Mediterráneo marroquí?
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Pues no, chan, te acercas pero no es Marruecos, es una de las dos ciudades españolas en el norte de África y que fueron españolas muchos antes de que los reyes católicos expulsaran a los moriscos de Granada. Ceuta no, esta había pertenecido antes a la corona portuguesa. De todas formas, por aquel tiempo no existía, ni el reino Alahuita, ni Marruecos como tal, ni nada de nada. Por eso el rey de ahora de Marruecos y su padre y su abuelo que recibió la independencia de España del Marruecos español, en esta dos ciudades, hoy autonomías,  se come un rosco , pues no tiene base histórica para reclamarlas.

Saludos

Entonces, es Melilla. Mediterráneo total.