Jesús y la mitologia cristiana: de Nazareno a Nazareth

Invasor escribió:E

Fue esa noche o la siguiente que  mientras Pedro dormía  le pareció escuchar la voz de Jesus. Entre sueños  creyó ver la silueta de su amigo  en la oscuridad; y más tarde soñó que se le aparecía, abrió los ojos y le pareció ver a alguien alejándose, y no tardaría en sospechar que era Jesús.

Fue así que pensó que, quizás, Jesús estaba vivo...  
y si estaba vivo era porque vendría a traer el Reino de Dios que tanto ansiaba...
Eso significaba que nada estaba perdido y que la muerte de Jesús sólo fue un designio de Dios que aplazó por un breve intervalo sus proyectos.

A la mañana siguiente, cuando Pedro le contó su "visión" al grupo, ahí nació el cristianismo.

En el hilo sobre los Hechos de los apóstoles, se ve que en realidad parece tratarse de un fraude maquinado.

Si, hay muchas suposiciones, rubmir.

El fraude maquinado está en Dujardín y también en Dupuis que fueron los primeros en negar la existencia de Jesús y les siguió una ola de críticos que afirmaron que Jesús no fue más que un fraude premeditado.

En lo personal me inclino a creer que fue algo semejante a lo que expuse en mi último comentario, me parece más verosimil.

De lo que no estoy tan seguro es del "apostolado" de Pablo y sus colectas en las sinagogas de la diáspora que expuse dos comentarios antes.

Intelectito escribió:
...el punto es que existe la mente natural y existe la mente espiritual ...

...es como el razonamiento de un niño que no puede ser subjetivo ..aún ...y ser espiritual es ir más allá de probar cosas con la lengua ...verdad?

...en fin ...

No, el punto es Jesús y la mitología cristiana; no los agregados apócrifos a las epistolas paulinas.

- Esa clasificación entre "espirituales" y "naturales" que tu citas, es un axioma del gnosticismo heleno interpolado a 1 Co 2:
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; ...

Y lo que dices del "razonamiento de los niños", está sacado de 1 Co 3:
3  De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.


Pero Pablo no era un gnóstico griego, como el que escribió eso, sino era judio;
de la diáspora, sí; pero de creer que es de él lo que se lee en 1 Co 2; entonces Pablo no era un judio helenizado, sino era un filosofo griego influido por la teología judía.:

El desarrollo de lo que citas en tu comentario dice:
7 "Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, ... "
10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.


Esos versículos no son concebibles en la cabeza de un judío por más helenizado que esté. Ni tampoco son cristianos porque los cristianos creen en la salvación por la fe (y las obras) no por alcanzar el nivel "espiritual" del conocimiento ni la sabiduría oculta de Dios en misterio .

Si fueran de Pablo  habría que concluir que la Teologia del Pecado es imposible que sea de él y entonces todo el cristianismo fue una construcción enteramente mitológica de gnosticos helenistas del siglo ll.

De Juan Bautista hay muy poco, de Jesús hay mucho más pero eso no significa que se sepa más de él.
Casi se podría decir que se sabe lo mismo de uno que del otro.

El evangelio de Juan es el mismo que el de Jesús y que el de todas las sectas de nazarenos: es el anuncio del fin del mundo y de la venida del Reino de Dios.
El problema es que los romanos no estaban de acuerdo porque el emperador era Dios y no les gustaba la idea que otro viniera a usurpar su reino.

Por eso a Judas Galileo lo clavaron en una cruz, a Juan le cortaron la cabeza y Jesús tuvo el mismo destino que su paisano Judas.
El libro de los Hechos recuerda también a Teudas y al Egipcio que también fueron a Jerusalem creyendo que "el fin de los tiempos se había cumplido y que el  y el Reino de Dios se había acercado". Y como esos dos hubo muchos más que se han perdido en el olvido.

Todos estos sediciosos se creyeron Mesias, y fueron a Jerusalem a ser ungidos por dios y a desembarazar Israel del dominador romano.

A muchos cristianos les cuesta admitir  que Jesús haya sido un fanático mesianista, y mucho más un sedicioso.
Prefieren la imagen del Jesus discípulo platonico con su prédica del amor al prójimo y la regla de oro.

El occidental moderno lee la Biblia para encontrarse a sí mismo en el evangelio, para edificarse espiritualmente dándole el significado que le indican sus apetitos espirituales, no puede aceptar otro Jesús que no sea el poeta del sermón del Monte cuya moralina todo el mundo quiere hallar admirable y nadie se atreve a tachar de ridícula.

Cuando lee el evangelio se siente transportado por el entusiasmo que le arrancan las enseñanzas eternas del maestro sin darse cuenta que nada más inverosimil en alguien que estaba convencido que el mundo iba a terminar de un momento a otro.

Mucho menos advierte que nada más ridículo que pensar que los romanos iban a crucificar a alguien por predicar el amor ilimitado y el perdón infinito.

Pero que eso no influya, lo cierto es que en el penúltimo escalón de su aventura mesiánica Jesús se subordinó a Juan Bautista y cuando este fue decapitado por Antipas decidió continuar la empresa de su jefe.

Comprendió que Juan no era el Mesías porque ningún gentil pone un dedo encima de un profeta de YHWH, pero el mensaje de Juan era cierto: el mundo estaba por terminar y el Reino era inminente.

No se le ocurrió nada mejor que pensar que si no era Juan quien quería Yahvé por Mesías, entonces debería ser él.

Ni demoró en descubrir que tampoco él era del agrado de Yahvé cuando los gentiles lo prendieron y le dieron el mismo destino que a su jefe.